Quién iba a suponer que una simple bañera cambiaría la vida de una sociedad entera. Es precisamente lo que le ocurrió a Japón tras las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Con la llegada de las familias mononucleares formadas por padre, madre e hijo (o hijos) los momentos de ocio y relajación estaban más concentrados en detrimento de una pérdida de colectivismo dentro del ámbito familiar. Un nuevo modelo social y familiar surgió, ¿Quieres saber cómo? ¡Quédate conmigo!
Durante el período Meiji, gran parte de la arquitectura se caracterizaba por tener una continuidad tradicional sin perder detalles vistos durante Edo, y a su vez por aportar un nuevo elemento a la vivienda japonesa, la sala de estar de estilo occidental. Con este nombre parece desentonar por completo con la idea que tenemos de arquitectura tradicional japonesa, pero ahora veremos que fue una introducción con mucho sentido.
Cambio de época, cambio social
Por supuesto, la clásica habitación de tatami se iba a conservar. Esta se encontraba la mayoría de las veces adyacente a la sala de estar de corte occidental. Mientras que la habitación de tatami tenía la función de servir como espacio para relajación tal y como ocurriría más adelante con el ofuro, la sala de estar de estilo occidental servía para que la familia estuviera reunida.
El espacio privado tomó una gran importancia. Tanta, que terminó ganándole la partida al espacio público, como puede ser el caso del ofuro. Para la sociedad japonesa, sobre todo para el hombre, el baño supone uno de los espacios más importantes de su hogar. La importancia del baño en Japón se debe tanto a su clima, con unos veranos muy calurosos y húmedos y unos inviernos muy fríos, como a su naturaleza, en la que podemos encontrar numerosos baños termales naturales. Es esta segunda razón la que ha aportado a la cultura y costumbres japonesas el sento, la cultura del baño público, incluyendo su ritual a la hora de realizar dicha actividad.
El auge del baño privado
Sin embargo, entre los años 50 y los años 60, la popularidad de los baños públicos comenzó a decaer debido al auge de los baños privados, los cuales fueron ligados al modelo de vivienda de estilo unifamiliar. Desde ese momento hasta la actualidad, el ofuro es para la familia un símbolo de posición social, algo muy importante en la sociedad japonesa, mientras que para el hombre, tener un buen baño significa privacidad y relajación. Muchos hombres asocian pasar el tiempo en casa tras las largas jornadas laborales, y es en el baño donde encuentran el lugar para relajarse.
Si pensáramos que el baño funcionaba como medio privado de relajación en Japón estaríamos muy equivocados. El ofuro no solo está destinado al hombre, si no que también jugaba un papel muy importante en las relaciones familiares en su unidad. La función que tenía durante la época Meiji las salas de estar de estilo occidental quedó relegada en parte al ofuro privado.
En occidente, cuando pensamos en un baño, siempre nos hacemos la idea de una habitación privada en la que se encuentran todos los servicios a los que estamos acostumbrados. Sin embargo, en Japón, estos servicios se encuentran en habitaciones diferentes, existiendo solo una de ellas destinada al baño y otorgando cierto protagonismo a dicha actividad, la convivencia en el ofuro.
La bañera u ofuro cuenta con una habitación exclusiva |
Durante el baño, padre e hijo pueden entrar juntos en el ofuro, por lo que puede considerarse como una actividad más que refuerza la unión entre los miembros de la familia. Es más, el agua con la que se llena el ofuro es aprovechada por todos los miembros de la familia, puesto que previamente a su utilización, los cuerpos quedan bien limpios en la ducha externa. Como anécdota, esta ducha externa se utiliza mientras estamos de pie en la habitación destinada al ofuro, mojando así todo el suelo. Trasladando esta actividad a nuestro modelo de arquitectura es como si nos ducháramos fuera de la bañera, en el sueño de nuestro cuarto de baño.
Aunque el baño privado ya estuviera presente durante el período Edo, eran escasas las viviendas que lo tenían y que por tanto, la mayoría de la población tenía que utilizar baños públicos sentou. El baño pasó de ser una actividad pública a ser una actividad privada y cerrada a los miembros de la familia que no solo servía como actividad de relajación, si no que también desarrollaba un sentido de pertenencia a la familia. Aún así, siguen existiendo baños públicos por todo Japón con gran cantidad de usuarios.
Nosotros estamos acostumbrados a socializar con la familia mientras estamos a la mesa, ¿Quién nos diría que podríamos hacerlo durante el baño?
¿Has utilizado alguna vez un baño público en Japón? Quizá hayas ido a un onsen, ¿te costó decidirte o dejaste la vergüenza a un lado?
A mi estos baños me recuerdan mucho a las escenas que salen en el anime de Shin chan, con papa Hiroshi y Shinosuke lavándose fuera de la bañera y el agua cayendo por el suelo, para luego meterse los dos en la bañera...
ResponderEliminarQ Buenos momentos se tienen que pasar así, q ganas de vivirlo algun dia en Japón...
Exactamente es lo que dices. No he visto más de uno o dos capítulos de esa serie pero me pareció que refleja bastante bien la realidad de la vida cotidiana japonesa.
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