San Valentín en Japón: los peores y los mejores chocolates

Japón nunca se perdería una celebración como San Valentín. Pese a ser un país que se mantuvo hermético (eso es relativo) durante dos siglos, actualmente son muchas las costumbres y festividades extranjeras las que han sido adoptadas por el país nipón. Sin embargo, gracias a ese hermetismo, la cultura japonesa es tan sólida que cualquier corriente llegada del extranjero termina japonizándose.

Ya sabemos que Japón es un país único por muchos motivos y San Valentín no iba a ser menos. La manera en la que los japoneses celebran su día dedicado al amor es muy diferente a la del resto de países. La mayor diferencia la encontramos en que el San Valentín japonés aparece dos veces en el calendario, el 14 de febrero (las chicas regalan chocolate a los chicos) y el 14 de marzo con el White Day (esta vez son los chicos los que entregan chocolate a las chicas).

Las peculiaridades del San Valentín japonés no terminan aquí. El tipo y nombre del chocolate regalado cambia dependiendo del contexto y de la persona a la que regalamos: pareja, amigos, compañeros de trabajo... Y si no tienes a nadie a quién regalar siempre podrás alquilar una novia por un día. No quería dedicar esta entrada a tratar el San Valentín japonés ya que este tema es tratado en muchos otros blogs que lo enseñan a la perfección. La entrada de hoy la quería dedicar a ver lo original que son algunos japoneses a la hora de regalar chocolate.

Por eso he decidido dividir estos manjares en dos grupos: Los peores chocolates (algunos no parecen ni chocolate) que podrías regalar y los que mejor diseño y presentación tienen. Esta entrada sin fotos no vale nada así que vamos a olvidar la dieta por un momento y a disfrutar, o a vomitar.